The Real Eco State | Estudio identifica refugios climáticos para la biodiversidad en la Patagonia chilena
Artículos Enero 12, 2023

Estudio identifica refugios climáticos para la biodiversidad en la Patagonia chilena

Estudio realizado por el Programa Austral Patagonia determinó 46 Áreas Silvestres protegidas por el Estado en la Patagonia chilena que cumplen con la categoría de "refugios climáticos", fundamentales para la protección de las zonas y la conservación de la biodiversidad.

Estudio realizado por el Programa Austral Patagonia determinó 46 Áreas Silvestres protegidas por el Estado en la Patagonia chilena que cumplen con la categoría de "refugios climáticos", fundamentales para la protección de las zonas y la conservación de la biodiversidad.

El concepto de refugio climático define zonas terrestres y marinas en las que miles de especies logran sobrevivir a alteraciones planetarias. Es decir, son sitios que cumplen con características que permitirían conservar la vida ante cambios climáticos extremos.

Este es un término extendido de refugios glaciares, que son conocidos por almacenar numerosos organismos y genética de distintas especies. Actualmente, los refugios climáticos no se reducen solo al glaciar, sino que abarcan distintas zonas con condiciones de suelo y relieve particulares que pueden aminorar los efectos del cambio climático y preservar recursos físicos, ecológicos y socioculturales.

Un estudio realizado por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, liderado por el doctor en Ecología de la Universidad de Lausanne (Suiza), Patricio Pliscoff, identificó diversos refugios climáticos marinos y terrestres a lo largo de la Patagonia chilena, en donde se podrían aminorar los efectos del cambio climático y preservar numerosas especies. Asimismo, superpone estas zonas con las que están bajo el alero del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), administrado por Conaf.

La identificación de estos refugios es una herramienta fundamental porque permite definir sitios prioritarios que pueden conservar la biodiversidad; distintas especies, ecosistemas y procesos.

A los refugios climáticos se suman aquellas zonas que tienen potencial para serlo. Pliscoff, asegura que “si un territorio cumple muchas características de ubicación, relieve o tipo de suelo que podrían aminorar temperaturas extremas, es un refugio climático en potencia”.

La investigación presidida por el Programa Austral Patagonia logró identificar diversas áreas con potencial para ser refugios climáticos que se distribuyen por toda la zona. Para esto utilizaron una metodología inédita compuesta por tres criterios espaciales: la geodiversidad, la velocidad del cambio climático y la velocidad biótica.

“Es inédita porque combina elementos tanto de la geodiversidad, que es la diversidad del terreno, como de la biodiversidad. Eso nunca se había hecho en Chile”, explica el geógrafo, respecto a la metodología que se utilizó para el análisis de los refugios climáticos terrestres y marinos.

Según el estudio, terrestres se concentran en la Región de Los Lagos, Chiloé continental e insular; la Región de Aysén, al interior del área costera y zona oriental de estepas; y en la Región de Magallanes, extremo continental sureste y zona norte de la isla de Tierra del Fuego. En esta región hay menos áreas con potencial de refugio climático.

Por otro lado, los refugios climáticos marinos se encuentran en cinco grandes zonas: en la Región de los Lagos, al norte de la Isla Grande de Chiloé; Región de Aysén, en el archipiélago de las Guaitecas; y en la Región de Magallanes, en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, en la Reserva Nacional Kawesqar y alrededor de la isla Riesco y de la isla Navarino y del Parque Marino Diego Ramírez-Paso Drake.

Para el análisis de los refugios marinos, combinaron el criterio de velocidad del clima con ciertos atributos de la biodiversidad.

Otro hallazgo esencial fue la correlación con los bosques antiguos. Según el estudio, el 40% de los bosques primarios de la Patagonia están en zonas identificadas como refugios climáticos. Este resultado propone canalizar las estrategias de prevención de incendios en los refugios de las zonas protegidas. En base a esto, el autor afirma que “a través de la identificación de refugios se pueden proteger los bosques”.

“Los bosques antiguos son menos perturbados y tienen mayor capacidad para resistir al fuego, esto debido a que hay más especies, capas de altitud, diversidad de relieves y espacio”, agrega.

Pliscoff, también magíster en ciencias biológicas, es enfático en la importancia de la identificación de refugios climáticos, porque se complementan dos elementos urgentes: la protección de la diversidad y el aminorar los efectos del cambio climático.

Fuente: La Tercera

 

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